lunes, 3 de abril de 2017

CENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE EN LA URSS (V)





En el Nº (lV) inicié el comentario sobre los tres líderes más destacados, Lenin, Stalin y Trotski, ahora continúo con algunas de sus características, críticas, su interrelación en el proceso revolucionario y la implicación en aquel esperanzador acontecimiento contra el capitalismo, considerado mundialmente
por sus trasformaciones sociopolíticas, el más importante del siglo XX.  Porque le hizo “morder el polvo” de muchas derrotas con las expectativas socialistas emancipadoras, durante más de 70 años en la URSS y en otros muchos países; continuando actualmente en algunos -como es sabido “a trancas y barrancas”- por las injerencia y bloqueos del exterminador capitalismo, con Trump, antes y después de él (…)
Por ello, los pueblos deberán plantarle cara al poder como Espartaco hace más de 2.000 años -en la edad de la esclavitud-aunque ahora -en la era de la neo/esclavitud- es más difícil, porque
la gente se vende auto/encadenándose (…) No obstante, para poder sobrevivir con mínimos de dignidad  ¿Qué otra opción que profundizar en su crisis sistémica, para recuperar con iniciativas alternativas los derechos conseguidos a partir de la revolución que nos ocupa? (…)

Buscando información histórica congruente sobre su polifacética personalidad; permítanme que les relate y comente interactivamente, quién fue  –“el malo de la película”-  José Stalin.  Su nombre era Dzuhgashyli, cambiándole después del primer encuentro con Lenin, de quien admiraba sus tesis y que había secundado siempre sus posiciones ideológicas –primera constatación de la sintonía ideológica entre ambos- Sin embargo, se produjo una tensa discusión entre ellos sobre una táctica, siendo apoyada la de Stalin. Lenin reconoció que dada su distancia del interior de Rusia, no conocía el ánimo de las masas. ¡¡¡He aquí la importante complementación de la teoría de Lenin con la praxis de Stalin…!!!.
En 1905 se desplazó a varias ciudades para intervenir en asambleas obreras, demostrando sus cualidades de militante revolucionario, supo  combinar la agitación bolchevique con la vanguardia obrera. En el lV congreso del partido en 1906 hicieron balance de la revolución de 1905. Sobre la gran problemática de la tierra; las diferencias fundamentales eran tres: los mencheviques -reformistas- defendían la municipalización. Los encabezados por Lenin –teóricos- su nacionalización y -los prácticos- entre ellos Stalin su reparto (…)
 En este confuso cuadro político –según Lenin- Trohski no pertenecía a ningún partido y no era ni una corriente, sino un personaje individualista que trataba de nadar entre todas ellas, buscando aliados por los rincones que se hicieran eco de sus escritos. Siempre evidenció hablar más de personas que de estrategias o líneas políticas. Por tanto su discurso no llega más allá de las grandes personalidades y sus soterradas conspiraciones y alianzas para adueñarse del poder. Entendía los partidos como agregados de segundones que siguen ciegamente las órdenes de un jefe, en el  peor estilo cuartelario.  Su profundo desprecio por las masas trabajadoras e incluso por los mismos militantes comunistas, carecían de parangón entre los pensadores progresistas (…)

 Lenin comparaba a Trohski con un menchevique que representaba una tendencia en el movimiento obrero ruso. El, solo representaba sus vacilaciones personales. En la revolución de 1905 fue elegido presidente del Soviet de Petersburgo, siendo mencheviques la  mayoría (…)  Fue menchevique en 1903, se apartó en 1904, volvió en 1905, presumiendo de fantasmagoría  revolucionaria. En 1906 defendía los pactos electorales con los demócratas constitucionalistas. En 1907 dijo que su diferencia con Rosa Luxemburgo, era más de matices que de tendencia política. ¡¡¡Cuan frívola presuntuosidad…!!!  Plagiaba hoy el bagaje ideológico de una fracción y mañana de otra, proclamándose por encima de ambas. Después desempeñó un papel liquidacionista (…)

En 1914 Lenin volvía hacer balance de su sinuosa trayectoria. Jamás ni en un solo problema serio del marxismo ha tenido opinión firme
 metiéndose por las rendijas de las divergencias, pasándose de un campo a otro.  En una carta Alejandra Colontai le expone la propensión de Trohski a ocultar sus verdaderas posiciones derechistas, hasta el punto de llamarle cerdo, acusándole de vil arribista, fracionista, conciliador, casamentero, Charlatán, falso bolchevismo calificándole de rubor de la vergüenza del Judas Trohski, respondiendo al prototipo de santurrón que encubre su perfidia con palabrería hipócrita (…)  -¡¡¡Por haberlo vivido, considero normal estas vacilaciones en toda persona que no tiene plena conciencia de clase!!!  Por ello  ¿qué sentido puede tener la constante demoledora crítica al marxismo-leninismo, desde hace 100 años, que no sea producida principalmente por la implícita contaminación ideológica señalada en la anterior carta, y en el entrismo estratégico de su política fácilmente detectable…?   

 Por el contrario, Stalin estaba en el interior de Rusia defendiendo a riego de su vida las posiciones del partido bolchevique. Fue uno de los pocos que tras el declive de la revolución, no se refugia en el exilio de la durísima represión. En el interior de Rusia la situación era dificilísima, no la conocieron otros bolcheviques, como Zinoviet que siempre vivió fuera de Rusia, ni tampoco Trohski que jamás regresó al interior  -¡¡¡vaya revolucionario de salón…!!!-  En este tipo de actitudes se advierte otra de las falacias divulgadas sobre Stalin como persona ávida de  poder. Porque las personas ambiciosas se aproximan a los poderes directamente, mientras el georgiano –responsablemente- tomó el sendero opuesto, el de la oposición, la clandestinidad y la cárcel. Su biografía no deja lugar a dudas sobre la inconsistencia de las versiones más difundidas sobre el.  Lenin decía que Trohski no tenía problemas personales con ellos, eran con el partido bolchevique. ¡¡¡Comprobada por mi parte una vez más, la veracidad de la mencionada “jerga” en mi anterior Nº lV…!!!

 Stalin asume sus responsabilidades políticas al frente de la organización caucástica y redacta un folleto titulado Dos batallas que constituye el más claro análisis de la  revolución de 1905. Tras el congreso de Tammerfors organizó los primeros sindicatos obreros y otro diario legal Dro –tiempo- de 200.000 ejemplares, que pronto fue clausurado por la censura. Pero le sustituye el clandestino –El obrero de Bankú- publica otro folleto -Anarquismo o socialismo- rebatió con varios artículos una campaña contra los marxistas, por un grupo seguidores de Kropotekin que no tuvieron influencia en la clase obrera, sólo en la pequeña burguesía y estudiantes desclasados. No terminó la serie de artículos, porque en 1907 el Comité Central le envió a Bakú, donde pronto fue detenido (…)    

 Considerando esta crítica de Lenin sobre las abundantes
 corrientes y matices del oportunismo pequeño burgués –permítanme este inciso-  Habrá que preguntarse después de un siglo  ¿Cómo será posible que en el  Estado español entre dicho oportunismo y las organizaciones de izquierdas que descalifican a Lenin  y fulminan a Stalin, más otras ¡¡¡haciendo “honor” a la crítica leninista sobre el “izquierdismo enfermedad infantil del comunismo”!!!  cometan el mismo error…?  Esperemos que al nuevo político que le acusan de noeleninista -no se le carguen como a él- y que al margen de sus errores  ¡¡¡siga teniendo importantes aciertos…!!!  Por otro lado, esperemos que dichas izquierdas –para no hacer el juego al sistema-  se cuestionen los supuestos prejuicios y sectarismos dogmáticos heredados de su cultura. Para evitarlo, habrá que endurecer la lucha contra corriente y cuestionarse la recuperación dialéctica marxista y su filosofía de clase unitaria y universal, con transparencia y flexibilidad, que faciliten la imprescindible transversalidad (…)

 Retomando a Stalin, por el contrario, estaba en el interior de Rusia defendiendo a riesgo de su vida, las posiciones del partido bolchevique. Fue uno de los pocos dirigentes que tras el declive de la revolución, no se refugió en el exilio de la durísima represión. En el interior de Rusia era tan difícil la situación, que no la conocieron otros bolcheviques como Zinoviev que siempre vivió fuera de Rusia, ni tampoco Trohski que jamás regresó al interior.  En este tipo de actitudes se advierte de las falacias divulgadas sobre Stalin, como persona ávida de poder. Porque las personas ambiciosas se aproximan a los poderes directamente, mientras el georgiano tomó precisamente el sendero opuesto, el de la oposición, la clandestinidad y la cárcel. Su biografía no deja lugar a dudas, descubriendo la inconsistencia de las versiones más difundidas contar el (...)

 Estuvo entre los bolcheviques revolucionarios que impulsaron la revolución el 17. Como secretario general del Comité Central, fue dictador aplicando la dictadura del proletariado, proclamada por el partido bolchevique encabezado por Lenin (…)  El concepto de Stalin del socialismo en un solo país, coincidía con el de Lenin que no creía posible el socialismo universal simultáneamente. Para intentar lograrle, tenían que producirse procesos revolucionarios en el interior de cada país (...) Empezando siempre, según su estrategia, por la cadena más débil, eso sí, con el compromiso de la revolución  ininterrumpida, desenmascarando el topicazo de la “revolución permanente” de Trotski muy publicitada, pero poco concreta (…)  –Continuará-



       Santander (Cantabria)

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