Tenemos unos políticos cultos e inteligentes?
Santander, gobernada por el alcalde Iñigo de la Serna, con su
permanente política errática y aventurera (recordemos como ejemplo su
presentación a capital europea de la cultura, haciendo un ridículo más
que considerable, creando un montaje surrealista en dicha propuesta
"cultural", basado en planteamientos de subjetividad exógena,
ignorando contenidos culturales autóctonos contrastables y cargando
con estos caprichosos gastos del inviable proyecto a la ciudadanía...)
ahora, con el Plan Estratégico y el nuevo invento de ciudad pionera
superinteligente (lo de pionera es un mal chiste, consúltese en
internet los cientos de ciudades que dicen lo mismo o parecido...),
acabará barriéndola del mapa cántabro, convirtiéndola -universalmente-
en un sucedáneo virtual de ciudad, en una masa fría y grotesca de
edificios sin vida, sin pulso vital.
El discurso que tanto gusta a De la Serna sobre la inteligencia
artificial, elevada a elemento superior de planificación y desarrollo
urbanístico, en detrimento de los entes reales, es decir, los
habitantes, ¿no terminará generando un grave riesgo económico y
psicológico a la ciudadanía común santanderina haciéndola sentirse
palurda, ignorante y acomplejada al considerar superada su
inteligencia natural por la virtual, marginando y excluyendo a quienes
no tienen acceso a ella o no les interesa?.
El alcalde, obsesionado con sus megaproyectos basados en sus
consejeros tecnológicos, bien controlados y dirigidos por la
multinacional de telefonía de turno, "advierte de los riesgos asumidos
con sus proyectos ambiciosos". Sin mencionar el tabú económico porque,
si fracasa, él y su equipo se lavarán las manos (como hizo con la
mediocre y acultural candidatura a capital europea de la cultura).
Es, ni más ni menos, que un nuevo capítulo de esa política
dilapidadora de los recursos públicos (recordemos el espantoso
derroche de más de 30 millones de euros en el Parque de Las Llamas
que, con una actuación mucho más naturalizada y sostenible, hubiera
sido un gran parque y nos habríamos ahorrado estas cifras). Decíamos,
que estamos ante otro "inteligentísimo proyecto", ejemplo, una vez
más, de esa política dilapidadora, propia del ultraliberalismo
mercantilista a través de la planificación de proyectos aventureros (e
interesados para determinados bolsillos). Esa misma que nos ha llevado
a la situación actual de caos, crisis y aumento de pobreza entre la
mayoría de la ciudadanía.
Si las actuaciones que emprende este señor lo fueran de manera
programada (realmente quienes están en la Casona no tienen un proyecto
de ciudad ni un modelo al servicio de la ciudadanía) y con el auspicio
de una democracia participativa mínimamente digna (algo que no ocurre
prácticamente nunca en esta ciudad), entonces otro gallo cantaría, o
mejor dicho, otras serían las iniciativas políticas y económicas a
emprender.
Esta inteligentísima iniciativa Smartcity, iniciada ,entre otros, con
la empresa japonesa NEC, gestionará todos los servicios municipales,
integrando todas las plataformas tecnológicas en el "cerebro" de la
ciudad inteligente. ¿A cuántas gentes descerebrará? El convenio ya
firmado por el alcalde y el presidente de NEC Ibérica -según la
prensa- y sobre lo que no se facilitaron cifras de inversión, destaca
por la aportación "mixta" (dejando la puerta abierta al habitual y
deplorable ejercicio de despilfarro y corrupción con las inversiones
mixtas, ya sabemos, la famosa frase: "socializar pérdidas y privatizar
beneficios").
De la Serna resaltó que lo que diferencia Santander de otras ciudades
es que está desarrollando una "arquitectura integral", gracias a la
plataforma de sensores desplegados dentro del proyecto SMARTCITY, cuyo
"reto" es incorporar nuevos servicios públicos. Claro que por lo visto
hasta ahora, debe referirse a la posibilidad de conocer en dónde puedo
aparcar mejor mi coche, a qué hora está abierto el centro comercial X
o dónde comprar churros mañaneros....Vamos, todo un ejemplo de cómo se
cubren las necesidades básicas e importantes de la población, sobre
todo en tiempos de crisis.
SANTANDER ¿CIUDAD INTELIGENTE -O IGNORANTE- ? (II)
¿Personas políticas sin sentido de las prioridades ciudadanas o con el objetivo de engañar a la población?
Es posible que con esos servicios virtuales (que pomposa, publicitaria e interesadamente tratan de vendernos como "ciudades inteligentes") se dé respuesta a las necesidades de alguna transnacional de la telefonía que experimenta y ve nicho de negocio, pero lo cierto es que no se da respuesta a las necesidades básicas de la ciudadanía, que, sin duda, están en un plano menos virtual.
Santander, con problemas estructurales en casi todo sus barrios, políticas sin sentido de la prioridad y con intereses alejados de la ciudadanía, nos lo colocan como prioritario e importante (de ello nos quieren convencer para justificar el desembolso de dineros públicos) el contar con aplicaciones informáticas de servicios como localizadores de plazas de aparcamiento de coches -aumentando los parking ¿Cómo termina? como el de MENDICOUAGUE innecesario para el barrio, e indicios de ilegalidad- así, con las carencias existentes, no pueden ser prioritarias ni destinatarias de los pocos fondos públicos existentes.
Este supuesto objetivo de "regar" la ciudad con antenas y sensores, no hará mejorar la economía de la urbe, no disminuirá el paro real. Lo que sí se logrará es una metrópoli menos habitable, aumentando también la contaminación con tanta ayuda y ventajas tecnológicas para que se siga circulando con el vehículo privado por la ciudad y abundando en lo mismo con las ayudas oficiales para la compra de vehículos privados, que seguirán envenenando la atmósfera ya insostenible, sin considerar la salud pública.
De la Serna y su 'ciudad inteligente' deberían dejarse de "sensores" que no generarán nada más que dividendos a las "telefónicas" y fijarse más en la situación del mercado laboral. En Santander reside un 30% de las personas en paro de la Comunidad Autónoma. 16.403 en el pasado mes de octubre (un 12,70% más que en 2011), una cifra que no deja de crecer y que es especialmente grave en el tramo de edad de menores de 45 años y por áreas de actividad en el sector de los servicios.
La inteligentísima ciudad (virtual) de la que el Sr. Alcalde alardea, sólo servirá una vez más, para lucir el Santander de fachada de cartón piedra, ocultando una realidad mucho menos colorista y real.
Las políticas de empleo del consistorio ¿dónde están? ¿En las aplicaciones de servicios para los smartphone? Está claro, ignoran las necesidades de la ciudadanía, tratando simplemente, de engañarnos con palabrería. Antes era el bombazo del ladrillo y el hormigón lo moderno, lo que iba a generar riqueza generalizada. Ahora nos "venden," que lo que va a generar riqueza es "sensorizarnos".
Frente a esta nueva batalluca virtual del regidor (y de las empresas de telecomunicación) está la situación actual de la ciudad y de sus gentes. Es importante tratar de reflexionar sobre la realidad tangible de nuestra urbe y que este ejercicio lo realice su ciudadanía. Que indague cuáles son, sus verdaderos intereses y no se deje embelesar con palabrería vacua.
Esto de la ciudad inteligente no deja de ser un ejemplo más de actuación fuera de la realidad y de la necesidad ciudadana, otro de los muchos que están agotando el futuro de esta ciudad cuya sentencia de muerte económica y poblacional, la firma el nuevo PGOU y eso que han dado en denominar Plan Estratégico 2020.
Existe una grave falta de democracia participativa en la elaboración, planificación y aprobación de estos proyectos que afectan a toda la población, pero que nacen muertos en su esencia participativa y democrática. Siendo además continuista de otros proyectos similares anteriores, en el sentido de su incapacidad para definir un modelo claro de ciudad con parámetros urbanísticos de la Europa avanzada y de futuro para las próximas generaciones.
¿Qué objetivos económicos, sociales, estructurales y sostenibles pretendemos? ¿Quién debe ser el eje de todo esto sino la ciudadanía y su calidad de vida? Nada de esto reflejan estos documentos que son fruto de aspectos técnicos y económicos ajenos a los intereses concretos de la realidad cotidiana de quienes vivimos aquí.
Y es que, ese modelo de ciudad, con objetivos y participación ciudadana, sólo se podrá realizar en una democracia donde se prioricen los verdaderos intereses de la pblación y no de grupos de poder que buscan objetivos bien distintos.
Lo que resulta ya más que evidente, es que no hay salida cierta a una situación como la actual si la ciudadanía no se da cuenta de que es necesario anteponer la inteligencia real a la interesada y publicitada inteligencia virtual.
SANTANDER, ¿CIUDAD INTELIGENTE O ESPECULATIVA? Y ( III)
La poca inteligencia del PGOU y Plan estratégico:
Y si se trata, como decíamos anteriormente, de aplicar la inteligencia
real antes que la virtual, mal empezamos con el aprobado PGOU, cuyo
principal objetivo, en una ciudad que cada día dispone de menos
espacio para servicios y que este plan trata de reducir aún más ( y
que, en cambio, se encuentra con un gigantesco parque de viviendas no
habitadas), persistiendo en el modelo especulativo que ha arruinado
esta ciudad en los últimos treinta años, basado en la obra pública que
se justificaba en sí misma, sin proyectos de sostenibilidad, sin
planes que englobaran las actuaciones parciales que dieran sentido a
un todo, sin sentido de futuro ni de equilibrio. El resultado
escandaloso, enormes deficiencias en la mayoría los barrios, gran
parque de viviendas deshabitadas, derroches en obras faraónicas como
el Parque de las Llamas y GIGANTESCA DEUDA que tendremos que soportar
toda la ciudadanía (más de 127 millones de euros). Frente a esto, una
absoluta falta de planes de futuro en cualquier sector productivo, sin
hacer frente a la angustia del comercio, del paro... sin perspectivas.
ESE ES EL BALANCE DE LOS PERMANENTES GOBIERNOS DE LA DERECHA MÁS
CONSERVADORA después de 30 años ininterrumpidos.
Mal vamos, por tanto, cuando nos anuncian abiertamente que sus
objetivos son seguir repitiendo los mismos errores y que seguirán
siendo a costa de la pérdida de calidad de vida de toda la urbe.
Quienes en tantos años han gobernado la Casona junto a esa inexistente
oposición (que actúa como mera comparsa sin plantear ni diferencias
sustanciales ni modelos distintos de lo que debe ser una ciudad para y
por la ciudadanía), poco podemos esperar de quienes plantean más de lo
mismo. Es decir, más hormigón, más agujeros-llamada para seguir
incrementando el tráfico de vehículos privados por la ciudad, más
ladrillo para seguir abundando en la solemne estupidez de contar con
un parque de vivienda de más de 14.000 pisos vacíos y querer construir
otros tantos con este insostenible y mediocre PGOU, campos de golf
para cercar y desnaturalizar los espacios del norte de la ciudad, más
barrios dormitorio que sigan tejiendo esa absurda maraña del
extrarradio, más deterioro de la periferia. Estas políticas que se
llevan desarrollando ya demasiado tiempo por los mismos han provocado
la situación en la que se encuentra nuestra ciudad, empobrecida,
envejecida, en constante pérdida de población y en permanente huída de
su juventud, de sus mejores cerebros y profesionales, con un urbanismo
caótico para una ciudad tan pequeña, con un tráfico abrumador sin
apenas infraestructuras verdes en los barrios ni interconectados por
vías naturales los pocos parques que hay peatonales (estamos por
debajo de la relación que plantea la OMS en metros cuadrados/habitante
de espacios verdes), ni infraestructuras para medios alternativos de
transporte -particularmente carriles bici- ni modelos de movilidad
sostenible. Sin personalidad, sin perspectivas, sin proyectos, sin
modelo de lo que debe ser una ciudad abierta, moderna y próspera
basada en la sostenibilidad y el aumento de la calidad de vida
(auténtico motor económico y de llamada de población).
Sin embargo, en este circo de una casta política que tiende a realizar
múltiples actos donde ponerse sus ¡merecidas! medallas y llenar los
medios de "desinformación" dóciles de palabrería hueca y sin sentido,
se entregan premios y se loan alabanzas sobre la ciudad sostenible en
movilidad y de lucha contra el cambio climático que conceden
fundaciones como Forum Ambiental (bien patrocinada por el ministerio
correspondiente del Gobierno Central).
Es decir, se sigue con lo "virtual", alejado de lo "real".
¿Realmente, qué intereses defienden estas Fundaciones con sus medallas
y premios? Santander, a pesar de los mundos virtuales, demagógicos,
interesados y falsos, NO PROGRESA, SINO TODO LO CONTRARIO, si la
comparamos con su entorno más inmediato, y progresa aún menos si se
consideran los parámetros básicos y las directrices de las ciudades
europeas realmente avanzadas en las que se recuperan espacios
constantemente para la ciudadanía, se protege el medio y sus espacios,
su historia y tradiciones (ya vemos cómo se las gastan en Santander
edificando en la misma bahía, destruyendo parte del litoral de la
misma, con el absurdo proyecto -a boicotear- por el derribo de las
actuales instalaciones del parque de vela de Gamazo y el escalonado de
la duna, con el derroche económico de más de 7 millones €.
Nunca podrá ser sostenible una ciudad con 14.000 viviendas vacías, y
aún menos cuando este PGOU trata de profundizar más en la gravedad del
problema al plantear que se construyan otras 10.000 más (todo vale con
tal de seguir manteniendo economías artificiales y adorando a empresas
amigas, aunque la consecuencia sea seguir arruinando los recursos de
la ciudad) ¿Cómo es posible que nadie se plantee el encajar la
necesidad de vivienda con la enorme cantidad de vivienda vacía y que
nadie grite que es un gravísimo error tratar de construir
innecesariamente más? ¿Cómo es posible que los poderes municipales
sean incapaces de encajar estos dos factores?.
Ahora ya no hay excusas. Resulta que muchas de las viviendas vacías
(la mayoría) están igual o por debajo en el precio de las VPO,
entonces ¿por qué destruir el poco espacio que le queda a la ciudad
construyendo LO QUE NO SE NECESITA?¿Por qué dilapidar el futuro de la
ciudad? ¿QUE ESCONDEN REALMENTE ESTAS MEDIDAS?.
No quieren los de la Casona (tampoco la oposición) ni oír hablar de
conciliar las necesidades de vivienda con la necesaria revitalización
del centro y ese enorme parque de vivienda vacía existente. Un mínimo
concepto de sostenibilidad obligaría a poner en marcha estrategias y
mecanismos para que dichas viviendas del centro se ocupen, lo que
conllevaría la mejora del comercio, la revitalización de todo el
tejido urbano, la incorporación de miles de familias a la dinamización
de la urbe .... Todo esto sí contribuiría a reflotar la economía de la
ciudad y no esas ridículas y costosas campañas llamando a consumir
cuando no hay ni gente para hacerlo ni dinero entre quienes quedan...
Lo que ya resulta absoluta y completamente absurdo es seguir
pretendiendo construir en las afueras, haciendo crecer artificialmente
un caótico entramado urbano, generando (con enormes costes de
construcción y mantenimiento) más viales realmente innecesarios,
infraestructuras de todo tipo.... mientras la ciudad sigue
despoblándose en su centro y PERDIENDO HABITANTES.
Estos supuestos "Planes estratégicos a 2020" y esas propuestas claves
del PGOU no aportan lo que esta ciudad necesita para dar un cambio de
rumbo. Antes bien, abundan en lo mismo de siempre. No se conoce, no se
sabe o no se entiende la innegable necesidad de crecer de otra forma,
de crecer para y por las personas, de hacer de la urbe el centro de
transformación de lo insostenible hacia lo sostenible, hacia el
aumento de la calidad de vida como eje central de un posterior
desarrollo.
Ante esto, la ciudadanía tiene/tenemos que tomar de una vez por todas
cartas en el asunto. Nos va en ello el futuro de todas y todos.
Rafael García-Martín Besoy
Paco Torre Soberón
Santander (Cantabria)