miércoles, 6 de noviembre de 2013

¿EL SOCIALISMO REAL SERÁ ECOLÓGICAMENTE SOSTENIBLE? (I)

Son muchos los indicadoresque confirman su sostenibilidad. Para conseguirlo, será incuestionable
la siguiente premisa: pensar global y actuar localmente. A pesar de
ser un "topicazo" universal ¿por qué no se hace así?. Aunque me
consideren un "brasero", no dejaré de opinar e informar de lo que
considere evidente. Quienes hayan leído mis últimos cuatro artículos
sobre Cuba encontrarán suficiente información constatable paracomprender los principales objetivos sociopolíticos socialistas, y poder comprender dicha sostenibilidad,  aunque entiendo las dudas
suscitadas por la contaminación mediática convencional. Es importante
que haya mucha gente crítica con la evidente corrupción del sistema
capitalista, "en caída libre" por su avanzada descomposición, producto
esperado por todo tipo de injusticias y canallescas tropelías y es
preocupante que piensen que la solución consistirá en tocar una tecla
virtual y que aparezca un sistema alternativo.
                                           ·Entiendo que este sistema
ha logrado automatizar a mucha población, situándola al borde de la
"gilipollez". Por ello, si no queremos lamentarnos -cuando sea
demasiado tarde- del desastre apocalíptico, tendremos que acelerar el
proceso de concienciación hacia el socialismo real (sin pseudónimos),
basado en un consumo planificado, para cubrir las necesidades básicas
sin ningún derroche, para que toda la población mundial pueda tener
con dignidad lo suficiente; que ahora, todavía sería posible...
¡atención a las actuales políticas suicidas y a quienes las
propugnan!. Para intentar conseguir este nuevo sistema político,
"guardián eficiente" de la humanidad y de su medio natural el experto
sobre el fin del crecimiento Andrés Ortega Robles escribe sobre El
POSTMATERIALISMO. Por arte de magia hemos insertado la sociedad en la
economía, en vez de la economía en la sociedad. El indicador más
fiable de sostenibilidad (que modestamente comenté hace muchos años)
es la "huella ecológica" : la extensión de tierra requerida para
proporcionar los bienes que consume una persona (incluyendo la
superficie vegetal suficiente para absorber sus emisiojnes de CO2). Se
calcula que, en condiciones sostenibles, el espacio productivo de cada
persona, no debería superar las 2,1 hectáreas, (o, 1,7 hras) si
dejamos libre un 20% para el uso de las demás especies). El nivel
medio de consumo de Argentina, equivale a 2,5 ha por persona, el de
México a 3,4, el del Estado español a 5,6, el de EEUU a 9,4 y el de
Luxemburgo a 10,2. Si toda la humanidad viviera como en España,
necesitaría los recursos de dos Tierras y media, si viviera como en
Luxemburgo, necesiaría casi cinco Tierras. Para no presionar tanto
sobre el planeta, habría que modificar -de verdad- nuestro modelo
energético y basarlo en fuentes renovables, y cambiar nuestra dieta
alimenticia. Cuanto menos carne y producots lácteos consumamos, menos
tierra necesitaríamos y la huella ecológica se reduciría un 35%. Para
producir un kilo de carne se necesitan 9 kilos de cereales. Ante la
constatación de que el crecimiento ilimitado es imposible, ha tomado
fuerza el decrecimiento desde hace diez años bajo el lema: "Deshacer
el desarrollo, rehacer el mundo". Decrecimiento no es recesión, es
todo lo contrario. El economista Serge  Latouche, señala que el
decrecimiento por el decrecimiento, sería absurdo, que se deben
proponer medidas políticas y fiscales, para relocalizar la economía,
compartir el trabajo y aumentar el tiempo de ocio. Una economía sana,
estaría reinsertada en la sociedad y en el medio ambiente y cada
actividad económica (incluido el transporte) tendría que
responsabilizarse de sus costes sociales y ecológicos. A este
respecto, existe un estudio muy significativo, de las universidades de
Sevilla y Vigo, sobre la soberanía alimentaria y el recorrido
kilométrico de los alimentos y su emisión de CO2. El transporte de
alimentos que llegan al Estado español, emite grandes cantidades de
CO2 a la atmósfera, por importar los mismos productos que se exportan.
En 2007, último año que hay cifras, la importación generó 4,74
millones de toneladas de CO2. Casi todos los productos importados
pueden producirse localmente. Los garbanzos recorrieron 7330 kms.
importados de América. Cereales y derivados recorrieron 4234 kms. etc.
¡Atención, también al turismo!,
¿Quién paga esa factura?.

¿EL SOCIALISMO REAL SERÁ ECOLÓGICAMENTE SOSTENIBLE? II

Siguiendo el comentario de Andrés Ortega Robles, iniciado en el
anterior artículo, en el que afirma que la democracia tangible, es
directamente proporcional al número de espacios públicos de
convivencia (inversamente proporcional al imperio del motor de
explosión). La Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (UICN) estima que cada año se extingen entre 10.000 y
50.000 especies. Según la ONU el suministro de comida, medicinas, agua
dulce, la filtración de agentes contaminantes y la protección contra
los desastres naturales, son algunos de los recursos naturales
amenazados por los cambios en la biodiversidad (por el contrario,
resalta la buena protección de Cuba contra los desastres naturales).
Si la desaparición de especies continúa, no sólo la diversidad
biológica, sino también la existencia humana estará en peligro. Hay
que considerar que más de cinco millones de especies -incluídos los
seres humanos- habita L Tierra. Si hubiera que resumir el espíritu de
nuestra época, sería con el concepto "materialismo". El ego
materialista, se siente más real cuanto más tiene. Para él, tener, es
ser. Pero en realidad, no somos lo que tenemos, sino que no tenemos
otra cosa que lo que somos. Un progreso, en la generosisdad,
solidaridad y sabiduría, contribuiría a un mayor bienestar de la
comunidad, y nos llevaría de una sociedad materialista, basada en el
crecimiento económico, a una sociedad postmaterialista, basada en el
crecimiento vital. La ciencia revela cada vez más, que somos seres
sociales y estamos diseñados para relacionarnos, cooperar y ayudar. Es
un hecho comprobado científicamente (permítanme, como yo siempre lo he
intuído) que al avanzar en su civilización incívica, el individuo se
ha hecho más violento y belicoso. La violencia que se ha atribuído a
la naturaleza humana, no existía hace 20.000 años. De hecho, se ha
adquirido en el periodo más reciente de su evolución cultural, por
culpa del mercantilismo. La teoría de la naturaleza como jungla en la
que los seres humanos se debaten en lucha perpetua por la existencia,
y su corolario lógico que es la la agresividad y la violencia
"innnatas" del individuo, no sólo es falsa científicamente, sino moral
y socialmente, poque justifica la violencia. Ya que si la violencia
humana es "innata y natural", el individuo deja de ser responsable y
transfiere su culpa a los instintos. La neurología moderna está a
punto de probar la existencia de una moral innata, en la que se
mantendría el altruísmo social que hasta hace poco tiempo, se
cuestionaba. La existencia innegable de psicópatas, no constituye
prueba alguna de la naturaleza perniciosa de los homínidos. Ni es
cierto que los humanos, sean pervertidos o egoístas por naturaleza. La
característica que más ha tenido a favor la supervivencia, ha sido la
cooperación, no sólo dentro del grupo, sino entre grupos. (Por fin,
"¡encuentro la orma de mi consciencia y sensibilidad!")
Considerando, que las características y valores ambientales de la
experiencia socialista cubana, fácilmente mejorable en la medida en
que la gente sea consciente de su incomparable dimensión de valores
humanitarios, servirá de estímulo para acelerar la vía
democrático-participativa electoral al socialismo, como ya está
ocurriendo en algunos países latinoaméricanos. Está política,
creativo-reivindicativa, estimulará los movimientos sociales
asamblearios de apertutra y participación ciudadana, como el 15M,
reanimado después del aniversario, por el latrocinio y la prepotente
arrogancia gubernamentales.
Para conocer la "calaña" de la democracia convencional capitalista: La
OSCE acusó recientemente de fraude en las elecciones rusas, que ganó
Putin. Sin embargo, la experta en política rusa Margot Leight,
preguntó a la OSCE: ¿"Por qué no acusó de fraude en los 90 a Yeltsin"?
Por temor a una victoria comunista, tras la caída de la URSS. Está
claro, la democracia capitalista, no resiste ninguna comparación de
valores con la socialista.



paco torre soberón

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