Repasando los seis artículos anteriores, no hará falta ser muy lince
para constatarlo. Quienes no quieran verlo, padecerán miopía
intelectual humana, de justicia igualitaria, de generosidad, etc.
Debiendo cuestionarse, el tipo de ética personal y de moral social,
para descubrir el grado de ego que pueda condicionar la supuesta
intrinseca esclavitud, sin disfrutar de auténtica libertad, porque
ésta constituye el supremo estado del ser humano, y se conseguirá en
la medida que acertemos a desalienarnos, o desasnarnos. ¿Cómo hacerlo?
Es difícil, porque la educación y enseñanzas recibidas del sistema
capitalista y de las reaccionarias instituciones eclesiásticas -salvo
excepciones- nos producen grave daño, porque están elaboradas para
mantener al común de la ciudadanía fuera de juego en el campo de la
justicia social igualitaria, y por tanto, de la dignidad humana; sin
considerar el origen de la inevitabilidad de dicha injusticia,
consustancial con sus conceptos básicos fundados en la explotación
humana, que produce la habitual corrupción, realizada por las clases
sociales privilegiadas, oprimiendo a la clase trabajadora y a las
demás clases vulnerables. La influencia eclesiástica, "opiacéa" al
pueblo por alejarse del sus orígenes liberadores.
Respecto a las clases sociales, cuando el sistema se desintegra,
tienen gran interés en negarlas, en un desesperado intento de
apaciguamiento. Sin embargo, la caótica situación está incentivando su
activismo, optando los movimientos sociales -mayoritariamente, incluso
sin plena consciencia, en honor a la vía socialista- por la
noviolencia, rompiendo la estrategia del poder que sólo sabe de
represión, endurecida ante el cuestionamiento de su legitimidad.
Porque la ciudadanía, a pesar de la enjenación y la empanada
consumista, tiene fuentes de información alternativas fiables, además
de las virtuales (eso sí, sabiéndolas buscar), que despiertan muchas
mentes al ser agredidas con los recortes a todos los derechos básicos,
convirtiendo la calle en campo de batalla. Impulsada por el activismo
limpio y solidario, al descubrir las tramas legales mafiosas
terroristas, al servicio de gobiernos como el de Bush hijo, montando
la ya conocida públicamente criminal parodia de las torres gemelas,
para lanzar la ofensiva basada en falsos pretextos contra los países
no sumisos, atribuyéndoles el caracter de terroristas como pretexto
para la ocupación y saqueo, mediante masacres y la rapiña
geoestratégica de sus fuentes energéticas. Esta cruel y perversa
política, la siguen aplicando -entre otros estados- contra Irán y
Siria. También la aplican contra los grupos de oposición armada, como
ETA; y a movimientos sociales y políticos que reivindican con
contundencia. Teniendo que enfrentarse a la dura represión policial y
jurídica. A esta realidad diaría se suma la represión psicológica más
perversa para la intimidación humana, consiguiendo el control social y
sentimental de la mayoría ciudadana, para manipularla políticamente en
beneficio de su poder. Con el objetivo de desmontar este maléfico
procedimiento, la actividad noviolenta es la mejor forma de pedagogía
liberadora personal y social. Porque la ciudadanía no se chupa el
dedo. Conociendo la verdad de las cosas, siente la sensación de
libertad y de rebeldía, porque la mentira es un fraude al
incuestionable derecho y al elemental respeto a toda persona. Cuando
se vulneran estos supremos valores, se crea socialmente un ambiente de
maldad y corrupción, y con el tiempo -testigo insobornable-, las
injustas normativas legales. Por ello -a la larga- no podrá ser
legítimo ningún gobierno que no cuestione la falacia de su política y
de su hipócrita gobernanza -haciendo lo contrario a lo programado- por
sus trágicas consecuencias de conflictos sociales salvajemente
reprimidos y de otros superiores enfrentamientos bélicos devastadores.
Así perpetúan la ilegitimidad del poder político, apoyado en su sostén
economicista. Por el contrario, la legitimidad del socialismo se basa
en la justicia social igualitaria de respeto a los derechos personales
y sociales, administrando la economía en función exclusiva de la
ciudadanía, sin discriminación. ¿Habrá -a medio plazo- alguna otra vía
que posibilite la digna realización personal, la libertad real, la
convivencia en paz y el encuentro con la supuesta felicidad? Habiendo
experimentado muchas de estas vivencias pienso que no, porque me
siento liberado de los amargos complejos y de los imbéciles prejuicios
adquiridos con la educación y la cultura del perverso y exterminador
capitalismo y de la "opiácea" eclesial, que afecta los profundos
sentimientos humano-divinos. Para articular los valores conducentes a
la libertad real habrá que cultivar la esperanza de que algún día,
podamos exclamar con Einstein: "¿Por qué el socialismo?", y superar la
idea que tenía del capitalismo como fábrica de estupidez humana.
¿Sería porque las personas que habitualmente encabezan los gobiernos
suelen tener mucho morro, estando detrás las más inteligentes? A
éstas, quizá las daría vergüenza expresar públicamente como trafican
con los valores supremos de las verdades objetivas, objetivables, es
decir, constatables.
paco torre soberón
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